Aunque caminar es una de las formas de ejercicio más accesibles para la mayoría de las personas, también es una de las que más se pasa por alto. Quizás porque la mayoría de nosotros camina todos los días, no lo vemos como una forma efectiva de ejercicio.
Y, sin embargo, si experimenta dolor por varias razones (artritis, falta de flexibilidad en los músculos, incluida la parte inferior de la espalda, ciática), caminar puede brindarle algo de alivio.
Caminar tiene muchos beneficios y razones por las que puede reducir el dolor, así que examinémoslos aquí.
Caminar ayuda a los músculos de la espalda
Si estamos en el sofá o en nuestros escritorios la mayor parte del tiempo, la alineación de nuestra columna puede verse afectada. Los músculos de la espalda comienzan a debilitarse y, con el tiempo, es posible que experimente un aumento del dolor, la debilidad y la fatiga. Si tiene una lesión en la espalda, es posible que note que empeora.
Así es como caminar ayuda específicamente a los músculos de la espalda:
Caminar aumenta el flujo sanguíneo.
Si no estamos físicamente activos, nuestros vasos sanguíneos pueden contraerse, lo que reduce el flujo de sangre a los músculos. Cuando camina, está abriendo sus vasos sanguíneos, aumentando la cantidad de oxígeno y nutrientes para sus órganos y músculos. Los músculos de la espalda más fuertes son más capaces de sostener la columna vertebral y, por lo tanto, el dolor puede disminuir.
Caminar ayuda a nuestro cuerpo a liberar toxinas.
El cuerpo almacena toxinas que se liberan cuando nuestros músculos se contraen y expanden y estas toxinas se acumulan con el tiempo en nuestros músculos a menos que hagamos algo para mejorar nuestra flexibilidad. Estas toxinas a menudo causan músculos rígidos.
Nota: Si desea que su caminata sea aún más efectiva para eliminar las toxinas, puede considerar usar algunas bandas de resistencia para mejorar su flexibilidad. Puede calentar con bandas para el trasero usando una serie corta de ejercicios suaves antes de caminar o ejercicios de estiramiento con ellas después de caminar.
Caminar ayuda a los músculos de las piernas
Probablemente sea obvio que caminar ayuda a fortalecer los músculos de las piernas, pero ¿sabía que caminar también ayuda a aumentar la flexibilidad?
Los músculos de la espalda necesitan ejercicios de peso corporal para mantenerse fuertes y flexibles, y lo mismo ocurre con los músculos de las piernas. Si experimenta rigidez o dolor en las piernas, caminar puede ayudar a estirar los músculos y los ligamentos.
Cuando camina, sus ligamentos y tendones espinales se vuelven más flexibles, mejorando su rango de movimiento general. Esta mejora ocurre no solo en las piernas, sino también en la espalda, especialmente en la zona lumbar.
Caminar puede aliviar el dolor articular
Muchas personas que sufren de osteoartritis descubren que caminar les ayuda a aliviar el dolor en las articulaciones.
Debido a que caminar mejora la circulación y la flexibilidad, sus articulaciones reciben apoyo adicional del cartílago y los músculos circundantes.
Y debido a que caminar ayuda a las personas a perder peso, muchos descubren que incluso perder una pequeña cantidad de peso puede aliviar el dolor en las articulaciones. Los kilos de más ejercen más presión sobre las articulaciones que ya duelen, por lo que puede marcar una gran diferencia en cómo se siente al adelgazar. Muchas personas experimentan menos dolor y menor rigidez en las articulaciones.
Caminar también ayuda a mejorar el rango de movimiento de las articulaciones que necesita para seguir moviéndose. Todos esos movimientos diarios que damos por hecho son más fáciles de hacer cuando caminamos con regularidad.
Otra razón por la que caminar puede ayudar a aliviar el dolor es que caminar ayuda al cuerpo a producir más endorfinas. Las endorfinas son hormonas naturales que inhiben el dolor, por lo que cuantas más endorfinas tengamos, menor será nuestra percepción general del dolor. Caminar es en realidad una forma muy efectiva de relajarse.
Algunos consejos para reducir el dolor al caminar
Si no ha estado haciendo mucho ejercicio, asegúrese de consultar a su profesional de la salud antes de comenzar.
Así es como puede comenzar:
- Comience con caminatas diarias cortas y luego aumente gradualmente el tiempo. Es posible que desee comenzar con una caminata de 5 o 10 minutos. Si prefiere usar una caminadora u otra máquina, hágalo.
- Si le resulta doloroso caminar, intente caminar en una piscina. La flotabilidad del agua puede ayudar con cualquier dolor, y la resistencia del agua ejercitará sus músculos de manera bastante efectiva pero suave.
- Asegúrese de que su postura sea la correcta mientras camina. Relaje los hombros y mantenga la mirada al frente en lugar de hacia los pies. Consulte con su profesional de la salud si tiene dudas sobre su postura.
- Si lo desea, puede solicitar la ayuda de un fisioterapeuta o entrenador (certificado) que pueda elaborar un plan para usted. También pueden ayudar a garantizar que su forma sea correcta y sugerir estiramientos para proteger sus articulaciones.
