Brian Barnhart
Las temperaturas del verano son calurosas, estás sudando más y ahí está, esa punzada dolorosa, una señal segura de un calambre en la pierna que se aproxima. Cuando se trata de curar los calambres musculares, no faltan los remedios caseros. Las «soluciones» populares incluyen beber jugo de pepinillos, comer plátanos, consumir mostaza, hacer estiramientos, hacer ejercicios pliométricos o simplemente reducir la velocidad. Por supuesto, también puede intentar tomar calcio, sal, magnesio o incluso quinina (un medicamento para la malaria).
La verdad es que, aunque los científicos han estudiado los calambres durante más de 50 años, todavía no comprendemos totalmente la causa. Sabemos que algunas personas son inexplicablemente propensas a contraerlos, mientras que otras no tienen calambres; que los calambres son más comunes durante la competencia, por lo que el esfuerzo excesivo parece ser un factor; que son comunes en las horas posteriores al ejercicio prolongado; y que la nutrición puede influir en algunas personas.
Si sufre calambres en las piernas mientras monta en bicicleta (u otros calambres musculares), la ambigüedad puede ser frustrante, pero tenemos algunas pautas básicas que pueden ayudar a desmitificar el problema. Aquí hay cinco consejos sobre cómo evitar que los calambres en las piernas arruinen su viaje.
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